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divendres, 22 de febrer del 2013

Sé el nuevo Michelangelo.


Por desgracia no estamos hablando de la tortuga ninja, pero si de un muy buen juego de mesa en el que tomaremos el rol de un pintor de frescos.



Juego: Fresco.

Jugadores: 3-4.

Duración: 60 min.



Siempre que veo un juego de mesa con varios premios de “juego del año” se me instala en el cerebro hasta que lo consigo. Y realmente con Fresco estoy muy contento con la adquisición.

Como ya he dicho, en Fresco representamos el papel de un pintor renacentista que recibe el encargo del obispo de restaurar el fresco de la iglesia. Pero no seremos el único artista contratado, tendremos que competir con nuestros rivales para ser los mejores.

Para ser los mejores de los artistas utilizaremos nuestros trabajadores para optimizar las jornadas de trabajo para obtener los mayores beneficios.

Cada jornada consta de dos momentos clave: decidir la hora de levantarnos para empezar la jornada, y decidir qué acciones realizarán los trabajadores.

Escogiendo la hora de levantarnos (siempre elegirá quien menos puntos tenga) determinará cuántos puntos de moral perderemos, cuánto pagaremos por los colores en el mercado y quién será el primero en realizar cada acción (cómo más temprano nos levantemos más moral perdemos, más caro es el mercado, pero seremos los primeros en realizar cada acción).

Para elegir las acciones que harán los seguidores lo haremos a escondidas del resto de jugadores, mostrando la elección todos a la vez. Las acciones son ir al mercado a comprar colores (cada turno se sortearán los colores que se venden en cada puesto del mercado), ir a pintar una sección de la iglesia (es como se ganan los puntos), ir al estudio a pintar retratos para ganar dinero, mezclar colores primarios para obtener mezclas necesarias para pintar las partes más valiosas del fresco, o ir a la ópera a ganar moral (con mucha moral ganaremos un seguidor, y con poca perderemos uno).

Así pues, en cada turno dependerá de cada uno decidir dónde enviar los 5 (ó 6 ó 4) trabajadores para optimizar el tiempo y los recursos pensando, eso sí, en que momento nos hemos despertado para saber cuándo elegimos.

Precisamente esto de escoger la hora de levantarse lo encuentro un gran acierto, ya que permite al que va perdiendo definir mejor una estrategia, y hace que el que va ganando se tenga que adaptar a lo que le venga.



En definitiva Fresco es un juego donde cada turno cuenta (es importante buscar el equilibrio entre dinero, colores básicos, mezclas y moral) y donde puede pasar cualquier cosa hasta el final, ya que puede llegar a ser desesperante ver que vas ganando pero que nunca puedes conseguir los colores que necesitas porque siempre te los quitan, y poco a poco te recortan puntos.

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