Para estrenar el
casillero de las series vengo a recomendaros una que hace bien poco que ha
finalizado (siempre es de agradecer saber que tienes la serie completa y no
engancharte a algo que te tendrá varios meses esperando la siguiente temporada):
Fringe (5 temporadas de nada).
En principio el simple
hecho de que uno de sus creadores sea el semidiós J. J. Abrams ya es motivo más
que suficiente para darle una oportunidad, pero es que además la serie en si
merece ser vista.
Fringe es una serie de ciencia ficción que se centra en una
división más o menos secreta del FBI encargada de casos especialmente peculiares
(raros, raros, raros), formada por una agente del FBI (Olivia Dunham – Anna Torv),
un científico medio loco (Walter Bishop – John Noble) y su hijo, del que se ha
distanciado por motivos que ya se saben en el primer episodio, que viene a ser
una especie de estafador medio genio (Peter Bishop – Joshua Jackson). Para
resolver estos extraños casos el equipo utilizará ciencia “fringe” (la
traducción vendría a ser fronteriza, algo así como rozando el límite de lo
posible), algo en lo que Walter es un experto.
A estos tres personajes
principales se les suma en extenso elenco de principales y secundarios, héroes
y villanos, de mayor o menor carisma. Mención especial para la ayudante/niñera
de Walter (Astrid Farnsworth – Jasika Nicole); el jefe de Olivia (Phillip
Broyles – Lance Reddick, el misterioso Abaddon de LOST); o el compañero
científico de Walter en sus años mozos (William Bell –Mr. Spock Nimoy-).
El formato de la serie es
de un caso especial por capítulo, pero poco a poco se va gestando una historia
de trasfondo que será lo que dará sentido (el posible para un producto de
ciencia ficción) a estos extraños fenómenos, y los relacionará con el pasado de
alguno de los personajes principales.
El hecho que la serie
trate cosas raras, aunque intentando dar una base científica a todo, puede
hacer que algunos no pasen de los primeros capítulos, pero soy de la opinión
que las buenas series no se pueden juzgar hasta mitad de temporada, y en el
caso de Fringe el tema empieza a enganchar a partir del 7º-8º capítulo, cuando
la historia se vuelve más sólida.
Si ni el hecho que sea de
J. J. Abrams ni el argumento os convence, un último caramelo para que os
decidáis: la actuación de John Noble (el desagradable Denethor de la trilogía
de Peter Jackson El Señor de los Anillos) es sublime, sólo por ver cómo
interpreta a un científico no muy cuerdo, de comportamiento aniñado y sin
reticencias a experimentar con las drogas, ya merece la pena el tiempo
invertido en ver Fringe.
“Una pequeña pérdida de
memoria es buena para el alma”.
(Walter Bishop)
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