El libro de hoy es una de
esas joyas que, a la que llevas unas pocas páginas, te obliga a irte a dormir a
horas intempestivas, una obra completamente adictiva: El nombre del viento, de
Patrick Rothfuss.
La novela es la primera
de la trilogía “Crónica del asesino de reyes” (el segundo tomo, “El temor de un
hombre sabio” ya está editado, y para el tercero tocará esperar) donde se nos
explica la historia de la vida de Kvothe, un niño marcado por el asesinato de
sus padres (artistas nómadas), perpetrado delante suyo.
La búsqueda de las
misteriosas personas que mataron a sus padres será el pretexto que guiará los
pasos del protagonista y nos permitirá ver su evolución: desde niño desamparado
y vagabundo a leyenda ¿viva?
Toda la historia de
Kvothe nos la contará el mismo protagonista, ya de mayor y escondido del mundo
como propietario de una pequeña taberna de un minúsculo pueblo. A esa taberna
se desplaza un cronista que a base de insistir consigue que la leyenda Kvothe le
cuente de primera mano las increíbles aventuras que le llevan a convertirse en
mito. Al beber directamente de la fuente verá la realidad de las leyendas
(algunas hinchadas, otras fruto de la casualidad, y la mayoría como
consecuencia de la pasión y tesón del protagonista al hacer las cosas).
El hecho que sea el
propio protagonista el que eche la vista atrás para recordar sus andanzas dota
de credibilidad a toda la historia, ya que no nos encontramos delante de un
héroe sin mácula, sino ante un chiquillo testarudo que va creciendo y que nos
muestra sus miserias y miedos, así como sus esfuerzos y sacrificios para
conseguir aquello que desea.
Otro punto a favor de que
sea el protagonista el que relate sus pasadas aventuras son los saltos entre el
pasado y el presente, ya que estos cambios dotan a la historia de un timing
perfecto y permiten dar conclusión a un evento pasado gracias a unas perfectas
y necesarias pausas (sobre todo para poner el punto de libro y dormir un poco)
volviendo al sosegado tiempo presente.
Como ya he dicho, “El
nombre del viento” es el primer tomo de la trilogía, y se centrará básicamente
en las andanzas de Kvothe tras la muerte de sus padres y hasta sus primeros
años de estudios en la Universidad, donde aprenderá poco a poco la simpatía (un
tipo de magia que vincula objetos y elementos) amén de descubrir algunas
inquietantes cosas sobre los asesinos de sus padres. También en la Universidad
el protagonista trabará amistades y se granjeará algunos enemigos, conocerá el
amor y será golpeado por el miedo, saboreará las mieles del éxito y sufrirá la
desesperación de la pobreza extrema.
Finalmente destacar la
importancia que tiene para Kvothe la música, único elemento que lo hace
sentirse próximo a sus difuntos padres y válvula de escape a todos sus males,
gracias a un pequeño laúd con el que se traza una especie de relación de amor
magníficamente tratada por el autor.
En definitiva, “El nombre
del viento” es una obra que te atrapa desde los primeros capítulos y que
absorbe tanto que te lleva a soñar con el mundo y aventuras de Kvothe. Un libro
imprescindible cuyo único problema es que hace que esperes ansioso (casi
enfermizo) a que salga la conclusión de la trilogía para saber cómo acaban las
andanzas del protagonista.
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