Hoy una serie policíaca
de una gran calidad: Hannibal.
Hannibal nos explica la
historia del conocidísimo caníbal doctor Lecter, y lo hace como viene siendo
habitual en las películas: situando diferentes asesinos e investigadores que
nos acercarán poco a poco a la oscura personalidad de Hannibal.
En este caso el
protagonista es Will Graham (Hugh Dancy), un analista de homicidios que ayudará
al FBI gracias a una empatía fuera de lo normal, y que lleva a Will a ponerse
en la piel de cualquier asesino, como si fuese él mismo, y entender el cómo y
porqué de cualquier asesinato, aunque a costa de ir perdiendo poco a poco su
escasa cordura –y es que no ha de ser fácil ir metiéndose en la mente de los
asesinos, entenderlos, y salir sin secuelas-.
El encargado de llevarlo
al FBI es Jack Crawford (Lawrence Fishburne aka Morfeo), que apretará a Will
hasta el límite, y al ver su inestabilidad mental le hará tomar unas sesiones
con un psiquiatra muy recomendado –y nada recomendable-: Hannibal Lecter (Mads
Mikkelsen, el que llora sangre en Casino Royal).
El doctor Lecter
rápidamente hace buenas migas con nuestro protagonista, y es que, como veremos
a lo largo de la serie, es un imán para las mentes perturbadas.
La trama de los episodios
va saltando entre casos de asesinos que se resuelven en un solo capítulo
(aunque las implicaciones del asesino del primer capítulo y sus consecuencias
se van arrastrando durante toda la temporada, en parte para seguir dibujando a
los protagonistas) y un misteriosos asesino (el destripador de Chesapeak) muy
sofisticado que se lleva algunos órganos de sus víctimas y que parece imposible
de atrapar (si, lo habéis adivinado, es Lecter).
Los aspectos que convierten
esta serie en un producto diferente son la habilidad para presentarnos
asesinatos macabros pero con una buena profundidad (no son simples asesinos, todos
los que matan elaboran sus sistemas), los numerosos diálogos –sobre todo en el
diván de Lecter- que nos permiten entrar en la mente de los protagonistas, y
las magníficas escenas en que Hannibal realiza sus manjares (sabes lo que
cocina pero lo hace con tanto arte y el resultado tiene tan buen aspecto que te
entra hambre).
En definitiva una muy
buena serie tipo thriller y que supera sin problema el que se suponía debía ser
un impedimento al adaptar la historia para una serie: ¿dará el pego el nuevo
caníbal? Y es que el trabajo de Mikkelsen es excelso, encontrando ese punto
intermedio perfecto entre sofisticación y brutalidad, equilibro y demencia,
ayudante de la policía y asesino en serie.
De momento una sola temporada,
aún por acabar, pero que seguro tendrá continuidad.
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