Hoy una serie anime, ya
finalizada, con tintes filosóficos: Neon Genesis Evangelion.
Evangelion sitúa la
acción en un futuro 2015 (cada vez menos futuro) en la ciudad de Tokio-3 donde
una organización de nombre NERV lucha contra unos extraños seres que reciben el
nombre de ángeles.
En el año 2000 el primero
de estos ángeles atacó la Tierra, en lo que recibió el nombre de segundo
impacto, reduciendo la población mundial a la mitad e iniciándose así la
confección de NERV para defender la humanidad de una posible nueva llegada de
un ángel.
Para ello, la
organización utiliza unos robots biomecánicos gigantes, llamados EVAs, que
están tripulados por adolescentes, y que son lo único que se sitúa entre los
ángeles y lo que parece ser la destrucción de la raza humana.
Pero la serie no es simplemente
los combates entre EVAs y ángeles, sino que cada vez profundiza más sobre los
sentimientos y motivaciones de los protagonistas, así como en el misterio que
rodea a los ángeles y NERV.
Y es que, ¿por qué sólo
niños adolescentes pueden conducir los EVAs? ¿Por qué no cualquier niño es
válido? ¿Por qué todos los ataques de los ángeles se centran en la ciudad de Tokio-3?
Son muchas peguntas que irán encontrando respuesta a lo largo de los 26
capítulos que dura el anime, con algunas revelaciones realmente sorprendentes y
que nos invitan a reflexionar sobre las grandes preguntas de la humanidad.
En sus inicios la serie
gozaba de muy poco presupuesto (hecho que se puede ver en el hecho que siempre
que sale el jefe de NERV es el mismo plano por ejemplo), de modo que los
creadores van, sobre todo en los primeros capítulos, a lo que toca –sin rellenos
inútiles-, supliendo los pocos recursos a nivel de producción con una historia
muy profunda y reflexiva (incluso complicada a momentos) pero de una enorme calidad.
En definitiva uno de los
mejores animes que se han hecho, con una correcta durada de 26 capítulos, que
invitará a la reflexión del que lo vea, además de disfrutar de buenas escenas
de acción.
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