Desempolvad los sombreros
y cargad los revólveres, que hoy viajamos al lejano oeste: Bang!
En Bang! tomaremos el
papel de un habitante del lejano oeste con una misión concreta.
Primeramente se sortearán
los roles que determinarán la misión de cada jugador: el sheriff debe eliminar
a los forajidos, el ayudante de sheriff debe ayudarlo con su misión, los
forajidos deben acabar con el sheriff, y el renegado debe ser el único vivo. Lo
que le da un “puntillo” al tema es que sólo el sheriff desvela de inicio su
papel, el resto de jugadores serán descubiertos por sus actos.
Una vez repartidos los
roles, se eligen los personajes, cada uno con una habilidad concreta que le
será de utilidad durante la partida.
Cada jugador robará el
numero de cartas que le corresponda y así se empieza a jugar.
Es muy importante en este
juego la distribución de los jugadores alrededor de la mesa, ya que ésta
determina la distancia a la que están los rivales (los dos jugadores a nuestro
lado están a distancia uno, los dos siguientes a dos, etc.).
A partir de aquí, y por
turnos, los jugadores jugarán las cartas necesarias para avanzar hacia la
victoria: algunos objetos que los acerquen o alejen de los enemigos, otros que
les ayuden a esquivar balas, algunos para recuperar vidas, para herir al rival,…
(la variedad de cartas es elevada, sobre todo si nos hacemos con alguna
expansión).
Mención especial merecen
las cartas Bang!, principales causantes de heridas en los rivales. En un
principio sólo se puede jugar una por turno (algún personaje permite jugar
varias, al igual que algún objeto), con lo cual hay que elegir bien a quién
atacar. Además estos disparos se pueden esquivar utilizando otras cartas, con
lo que el tira y afloja entre jugadores está servido.
Uno de los momentos más
divertidos y sufridos es el momento en que un jugador saca la carta de la
dinamita, que hasta que no explota va rotando por todos los jugadores,
destrozando los nervios de aquél al que le llegue, ya que puede perder tres
puntos de vida.
Como ya he dicho
anteriormente existen varias expansiones, algunas que añaden nuevos objetos y
personajes (un aplauso por el carismático personaje Chuck Wengam), y otras que
aportan variedad a las partidas, como eventos especiales que dotan a cada turno
de una característica especial (Por un puñado de cartas), o la posibilidad de
ganar pepitas de oro para comprar objetos especiales (Fiebre del oro).
Bang! es un juego muy
divertido en el que será clave no desvelar tus intenciones ya de inicio (los
forajidos que se destapan rápido un acostumbran a durar muchos turnos), sobre todo
cuando lo ambientas con unas musiquillas de Morricone de fondo.
Cap comentari:
Publica un comentari a l'entrada